COMPLICACIONES DE LA EXODONCIA



Introducción

Una variedad de complicaciones pueden estar asociadas con la extracción del diente.

El mejor abordaje es prevenir estas complicaciones mediante una planificación preoperatoria cuidadosa (historial médico, evaluación clínica y radiográfica) y una técnica clínica exhaustiva.

Complicaciones perioperatorias

Sangrado

El sangrado menor es algo común durante la extracción.

Es posible que se produzcan hemorragias más graves debido a trastornos médicos subyacentes o medicamentos, y estos deben tratarse antes de la operación. El daño a los vasos locales (por ejemplo, la arteria alveolar inferior) también puede causar sangrado prolongado, pero puede controlarse con medidas locales.


Daño al hueso y tejidos blandos adyacentes.

• La fractura dental es común y puede evitarse con una planificación preoperatoria cuidadosa y una técnica correcta. Si la extracción del fragmento de diente retenido es difícil, se justifica la derivación a un especialista.

• El desplazamiento de un diente o fragmento de raíz hacia el seno maxilar puede ocurrir durante la extracción de los molares o premolares superiores (Figura 1); con menos frecuencia se produce el desplazamiento hacia el espacio infratemporal (terceros molares superiores) o hacia la bolsa sublingual (molares inferiores). Si esto sucede, se recomienda la derivación a un especialista para una posible extracción quirúrgica (Figura 2). Si el diente se pierde en el tracto aerodigestivo, refiera al hospital local para descartar una inhalación accidental.

• Puede ocurrir la extracción del diente equivocado y puede tener consecuencias médico-legales. Si el diente extraído incorrectamente está intacto, se puede reimplantar nuevamente en el alvéolo. En cualquier caso, se debe informar al paciente y completar una minuciosa historia clínica.

• Se pueden producir daños a los dientes adyacentes o a las restauraciones con el uso descuidado de los elevadores. Una técnica correcta para evitar cualquier fuerza sobre los dientes adyacentes y la protección con un apoyo para los dedos es fundamental para evitar esta complicación.

• Puede producirse una fractura del alvéolo si se aplica una fuerza excesiva con los fórceps de extracción. Se observa con mayor frecuencia en extracciones de caninos y molares superiores con la consiguiente fractura de la cortical bucal o del piso del seno maxilar. Un abordaje quirúrgico puede ayudar a prevenir esta complicación.

• La fractura de la tuberosidad maxilar (Figura 3) puede ocurrir cuando se utiliza una fuerza excesiva para la extracción del molar del juicio en el arco superior (segundo o tercer molar) y, si es sustancial, puede poner en riesgo la confección de una dentadura postiza maxilar.

• La fractura de la mandíbula puede ocurrir cuando se usa fuerza excesiva para la extracción de terceros molares inferiores profundamente impactados o cuando se extraen dientes en una mandíbula atrófica. Se requiere derivación inmediata para un tratamiento adecuado.

• El daño a los tejidos blandos resulta de un descuido por parte del operador o de que los pacientes se lastimen debido al entumecimiento por la anestesia. Los pequeños desgarros de la mucosa pueden sanar sin complicaciones, pero los daños más extensos pueden requerir reparación quirúrgica.

• El daño a los nervios es más probable con extracciones quirúrgicas, pero generalmente se puede evitar con un abordaje cuidadoso. Los nervios están en riesgo durante las extracciones quirúrgicas. Estos incluyen el nervio alveolar inferior y lingual (terceros molares inferiores) y el nervio mentoniano (premolares inferiores).

• Puede desarrollarse comunicación oroantral después de la extracción de los dientes posteriores del maxilar superior, especialmente los molares (Figura 4). Es esencial un examen cuidadoso de las radiografías preoperatorias para determinar el riesgo de que esto ocurra. Si las raíces del diente están muy próximas al suelo del seno maxilar, es preferible un abordaje quirúrgico con seccionamiento del diente. La presencia de hueso adherido a las raíces del diente extraído debe alertar al clínico de que puede haberse desarrollado una comunicación. Incluso si no se puede observar ninguna comunicación clínicamente, puede ser aconsejable colocar una sutura de colchonero a través del alvéolo. Se debe advertir al paciente que evite sonarse la nariz con fuerza, estornudar, usar sorbete y fumar. Para comunicaciones oroantrales clínicamente amplias, se recomienda el cierre inmediato con un colgajo bucal (Figura 5). Los defectos de comunicación más grandes pueden requerir el uso de una almohadilla de grasa bucal o un colgajo pediculado palatino (Figura 6). La comunicación oroantral persistente puede complicarse con sinusitis crónica y el stablecimiento de una fístula oroantral. 


Postoperatorio

• El dolor y la hinchazón son comunes después de las extracciones dentales, pero generalmente se tratan con medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE). El dolor excesivo y persistente puede deberse a extracciones traumáticas, infección u osteítis alveolar y puede justificar una intervención adicional. Se pueden observar hematomas en los tejidos blandos después de múltiples extracciones en los ancianos y se pueden tratar de manera conservadora. 

• Se puede observar trismus, especialmente en extracciones de terceros molares inferiores. Si es grave y se cree que la causa es infecciosa (<20 mm), se pueden recetar antibióticos.

• El sangrado postoperatorio puede deberse a las causas ya mencionadas. Además, una mala atención postoperatoria puede favorecer el sangrado. Se requiere un examen cuidadoso del alvéolo para determinar el origen del sangrado. Las medidas locales son adecuadas en la mayoría de los casos.

• Puede producirse dehiscencia de la herida después de extracciones quirúrgicas si el colgajo se reemplaza sin un soporte óseo adecuado o se sutura bajo una tensión indebida. La infección local también aumenta el riesgo de dehiscencia. Puede tratarse de forma conservadora o puede requerir alisado del hueso expuesto con anestesia local.

• La osteítis alveolar representa un retraso en la curación debido a una falla en la organización de un coágulo de sangre en el alvéolo de extracción. Sin embargo, no está asociado con la infección. Es más común en extracciones de molares inferiores. Se caracteriza por dolor moderado a intenso entre 48 y 72 horas después de la extracción, pero no hay características sistémicas. El diagnóstico se basa en los hallazgos clínicos y se maneja mediante irrigación del alvéolo con solución salina y colocación de un apósito medicado, por ejemplo, gasa idoform o Alveogyl. El procedimiento puede repetirse en días alternos hasta que el dolor desaparezca.

Otras causas de retraso en la curación pueden incluir pacientes con antecedentes de radioterapia en la cabeza y el cuello (osteoradionecrosis), quimioterapia (osteoquimonecrosis) o bifosfonatos (osteonecrosis de la mandíbula relacionada con bifosfonatos).

• La infección, aunque rara después de extracciones de rutina, se puede observar con mayor frecuencia durante extracciones quirúrgicas y en pacientes con inmunosupresión. La infección puede manifestarse con dolor localizado o hinchazón y supuración. En raras ocasiones, se puede observar celulitis u osteomielitis y esto justificaría la derivación a un especialista.


Fuente: Dentistry at a Glance. First Edition. Edited by Elizabeth Kay. © 2016 John Wiley & Sons, Ltd. Published 2016 by John Wiley & Sons, Ltd. Companion website: www.ataglanceseries.com/dentistryseries/dentistry

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